lunes, 20 de abril de 2015

Eros

Ya pocos quedan, muy pocos, que crean en el amor. El amor sin intereses ni ataduras.
Esa sensacion que crea un impulso en nuestro pecho,
como si el corazon pudiera romper las barreras de la carne para salir disparado hacia la estratosfera
y mas alla.

Eros nos juega malas pasadas a todos, disparando, en su tedio, saetas al azar.

Pero no deberia importarnos, sin embargo, que sus flechas alcancen a alguien; pues si
ofrecemos nuestro cariño y aprecio esperando algo a cambio, no estamos otorgando sino una ilusion,
un espejismo sin cimientos que caera por su propio peso.

El amor mas puro no se expresa con palabras; basta una mirada, un gesto, o una sonrisa, sin extender la mano
para ver si sacamos algo de provecho.

Este sentimiento puede desmoronar todo aquello en lo que pensabamos que creiamos; puede resquebrajar nuestros escudos
y derribar nuestras lanzas, las armas que nos defendian contra un mundo lleno de odio y desconfianza. Puede sacar nuestro pequeño mundo egoista de sus goznes y hacerlo girar hasta que todo queda patas arriba. Nos vuelve humildes y nos hace crecer, en pos del beneficio y la felicidad del otro.

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