viernes, 4 de septiembre de 2015

Habitacion 42 (Prologo revisado)

Han pasado unos cuatro años desde mi vuelta forzada y necesaria de Londres;
mas bien se trataba de un rescate.
Mientras habitaba la habitacion 42 de Florida House, en Argyle Square, el caos, el abandono y el consumo constante de drogas gobernaban mi vida.
No me importaba el daño que aquel estilo de supervivencia (pues en aquello se convirtio mi existencia) pudiera causarme a mi o a mis seres queridos. Mejor dicho, no era consciente de ello.

El aislamiento, el ayuno casi constante, los toxicos y el estres en el trabajo no hicieron sino propiciar que mi mente acabara hecha pedazos, despues de años forzando la maquinaria.

Ahora bien, entre las cosas que aprendi durante aquellos años agridulces (una vez superado el golpe) es que por muy bajo que alguien pueda llegar a caer, siempre hay alguna mano para ayudarte a ponerte en pie otra vez. Aunque cierto es, dicho con las palabras de mi padre, que "se puede llevar al caballo al abrevadero, pero si el animal no quiere beber..."

Aquel dia, metido en la ducha, con una hoja de afeitar sobre el brazo y atiborrado de "painkillers", tuve un momento de lucidez entre aquella voragine de
pensamientos incontrolables. No iba a acabar asi, de aquella manera. Fue entonces cuando pedi ayuda.

El mensaje que trato de transmitir con la historia que sigue es uno de esperanza y animo para aquellas personas que se han visto en alguna situacion similar en algun momento de sus vidas; sin ningun tipo de control, perdidos en un laberinto de desesperacion del que parece imposible escapar.

Pero casi todo en esta vida de locos tiene solucion.

No hay comentarios:

Publicar un comentario