Debo decir que no creo en ninguna religión en
concreto, pero de algún modo, siempre he creído en un Dios. Para mí no se trata
de un tipo enorme con una barba blanca, sentado en un gran trono en alguna
parte del cielo. Según yo lo veo, Dios es todo y todos. Es la vida y la muerte,
amor y odio al mismo tiempo. Una parábola, un misterio que nunca entenderemos.
Sin embargo, podemos llegar a sentirlo. Cuando nuestros pensamientos se toman
un descanso y dejan de abrumarnos, empezamos a sentir ciertas cosas.
Una vez leí una fábula de la India en la que
un anciano mostraba un elefante a unos niños. Cada uno de estos críos sólo
podía ver una parte del gran elefante, por lo que describieron a la gran bestia
basándose en lo que habían visto. Pero no podían ver al animal completo, así
que sus ideas no eran del todo incorrectas, sino más bien incompletas.
Dios es Caos y Cosmos, Tao, Ying y el Yang,
pero si esperamos verlo, nunca lo haremos. Resbalará de nuestras manos como el
agua entre nuestros dedos.
He leído casi todos los libros escritos por
Nietzsche. Su célebre cita, “Gott ist tot” (Dios ha muerto), significa, en mi
opinión, que no tenemos que preocuparnos por Él. Deberíamos preocuparnos por
nuestra vida aquí en la Tierra, en vez de buscar alguna señal del Cielo que baje
de las nubes. Como dice en la Biblia, adórale con miedo. Pero deja en paz a
Dios. De otro modo, nos perderíamos y malgastaríamos nuestra vida,
preguntándonos cosas que nunca entenderíamos.
Es el “Demiurgo” o “Artesano” que sigue
creando este Universo y todo lo que contiene. Alguien escribió una canción que
dice: “La creación no es algo que hice, sino algo que hago”.
Es cierto que podría estar equivocado en todo
esto, ya que solo soy humano, con un cerebro y una mente humanos. Lo único que
puedo hacer es intentar averiguar estos asuntos desde mi propia experiencia y
perspectiva, pero no le voy a decir a nadie que crea en lo mismo que yo. Porque
entiendo que tu visión te muestre un paisaje distinto.
Pienso que las cosas se calmarán de algún
modo, y llegará un tiempo en el que veremos nuestro reflejo en la cara de un
extraño. Un trozo de nuestra alma en los ojos de alguien.
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